Posteado por: Ignacio Martín Granados | 12 junio 2009

Tomemos nota para evitar el rapto de Europa

La semana pasada escribía aquí mismo sobre una serie de páginas en las que podíamos encontrar abundante información para orientar nuestro voto de cara a las elecciones europeas. Si, con ese objetivo, ejercer un derecho ciudadano básico para evitar situaciones como la que nos encontramos ahora. Un Parlamento en el que uno de cada seis diputados es euroescéptico, eurófobo, populista o extremista xenófobo.

Si, hasta 120 de los 736 eurodiputados de la nueva Cámara se identifica con estos calificativos:

  • El Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, 6,5% – 3 escaños (Francia)
  • Nick Griffin, BNP, 6,2% – 2 escaños (Reino Unido)
  • El Partido por la Libertad de Geert Wilders, 17% – 4 escaños y tercera fuerza política de Holanda
  • Hans-Peter Martin, 17,9% –  3 escaños, también tercer partido nacional (Austria)
  • El Partido de la Ley y la Justicia de Lech Kaczynski, 29,5% – 16 escaños (Polonia)
  • Jan Slota, SNS, 5,5% – 1 escaño (Eslovaquia)
  • Jobbik, Movimiento por una Hungría Mejor, Krisztina Morvai, 14% – 3 escaños
  • Gigi Becali, Partido de la Gran Rumanía, 7,2% – 2 escaños
  • La Liga Norte de Umberto Bossi, 9,5% – 8 escaños (Italia)

El líder 'ultra' británico Nick Griffin celebra sus resultados | Afp

Es bastante improbable que lleguen a formar un grupo propio por su heterogeneidad, sus divisiones internas y sus incoherencias, ya que es necesario reunir a 25 diputados de siete países diferentes, pero este requisito no evita que reflexionemos sobre la deriva antisistema hacia la que está girando el Parlamento Europeo y que hará que su propio funcionamiento sea más complicado para trabajar juntos en objetivos europeos, máxime en la situación de crisis económica en la que nos encontramos, por otra parte, causa de esta búsqueda de soluciones en partidos, digamos, alternativos a los tradicionales por la crisis de confianza en ellos depositada.

Varios han sido los análisis que desde distintos ángulos se han aproximado al escenario que plantean los resultados, la gran mayoría desde una óptica nacional, lo que incide en que estas elecciones se han jugado en clave Zapatero-Rajoy, en la que importaban poco los asuntos europeos… Por este motivo, me ha gustado la reflexión que hace el sociólogo José Ignacio Wert y de la que no me resisto a transcribir el párrafo final:

En ese totum revolutum heterogéneo, sin embargo, predomina el gen del descontento y de la protesta antieuropeísta y, por tanto, nos encontramos ante un Parlamento no sólo más polícromo, sino probablemente también más rebelde.

Una Europa más complicada, que exigirá de sus rectores un esfuerzo suplementario. En ese contexto, los españoles -por razones más bien domésticas- somos un remanso de normalidad: un 90% de diputados en los dos principales grupos, sin antieuropeístas ni frikis que contribuyan al lío.

Después de tanto quejarnos de la ausencia de Europa en el debate electoral, presentamos la tarjeta más políticamente correcta en Europa. Serán, una vez más, los renglones torcidos de Dios. Alegrémonos en lo que valga.

Pero lo realmente triste de esta situación es que un reciente estudio demuestra que la deliberación ciudadana sirve para cambiar opiniones y votos. Si las elecciones al Parlamento Europeo hubieran estado precedidas por un debate previo y una campaña divulgativa de propuestas para Europa, el resultado de los comicios sería muy diferente. Esta es la conclusión de un experimento realizado en Bruselas por el proyecto de investigación Europolis, financiado por la UE y dirigido por el politólogo James Fishkin, profesor en la Universidad norteamericana de Stanford.

Éstas son las verdaderas armas para combatir la abstención. Tomemos nota para las siguientes. A ver si es verdad.


Respuestas

  1. […] curioso es que no paro de pensar en la vieja Europa. Con la lectura de los resultados de las elecciones europeas nos dimos cuenta del ascenso de la ultraderecha en el Parlamento. Algo […]


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